RE-VIVIR
Rafa Muñoz Aznar
Al entrar en la sala la mezcla de colores y olores a ropa rehusada impregna el ambiente. Es una habitación angosta de un piso del Barrio de las Letras de Madrid donde Ramón García vive y siente la moda de una manera diferente, donde percibe que la ropa que nadie quiere puede convertirse en prendas nuevas cambiando un poco el diseño y la perspectiva desde donde se mire. Colores y muchos estampados, blusas, pantalones, vestidos y cientos de accesorios destacan sobre las burras de ropa blanca que ocupan los escasos veinte metros cuadrados del show-room. Una lámpara de araña luce en el techo del estudio a juego con el resto de los espejos dorados y complementos reciclados que dan un toque ‘vintage’ que el diseñador asegura es su “sello de identidad”. La ropa que se expande por este espacio puede ser de segunda o tercera mano, pero cumple una función muy concreta, hacer ver al mundo que la ropa no tiene un solo uso, sino que tiene tantas vidas como se quiera.
Con una camisa de flores multicolor, un pantalón de tiro alto sujetado con un cinturón negro con hebilla dorada y unas zapatillas blancas y negras de plataforma el diseñador malagueño afirma que, darse cuenta de que tan solo el 26% de la ropa se recicla le hizo recapacitar sobre la cantidad de prendas que se tiran sin pensar antes en cómo darle una segunda vida. “Ahí empezó todo”, asegura. La sonrisa constante al hablar de su pasión por el mundo de la moda sostenible y la contundencia de sus palabras transmite un sentimiento que él define como ‘amor por su trabajo’.
Encontrar esas prendas únicas, seleccionarlas, pensar cómo darles una segunda vida y ponerlas a disposición del público es la misión que diseñadores como Ramón García o Bianca Fuentes convierten en una aventura diaria. “La moda tiene todas las perspectivas que uno quiera, eso ya depende de la imaginación, la pasión y las ganas”, afirma la diseñadora valenciana, participante del único proyecto “Slow Fashión” de Valencia, Upcyclick.
Esta idea trata de construir un lugar para que las personas puedan darle una segunda vida a su ropa. Moda y sostenibilidad son los dos pilares sobre los que se sustenta un proyecto que contribuye a la reducción del impacto medioambiental y social negativo que produce como efecto colateral el mundo de la moda.
Bianca Fuentes relata su viaje a China como una ‘experiencia’ que le abrió los ojos, cuando al visitar unas fábricas de ropa se percató de que “había cosas erróneas”, como ríos llenos de espuma por culpa de la producción textil tan masiva en el país. Cuenta como el ver toda esa contaminación y saber que la gente estaba “comiendo todos los días pescado de ese río”, le hizo pensar y recapacitar sobre todo el daño de la industria textil al medio ambiente. Fue a la vuelta de ese viaje cuando Bianca, intentando buscar respuesta muchos interrogantes sobre el impacto que tenía la moda en el medio ambiente, empezó su andadura dentro de la moda ecológica y comenzó a formar parte de Upcyclick, un proyecto que asegura “le ha abierto muchas puertas tanto laboral como mentalmente”.
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Bianca, que hace un año decidió trasladarse a Ámsterdam, tiene una visión muy crítica sobre los clientes de ropa de primera mano. Como consumidores, a la hora de comprar una prenda solo se mira la utilidad, si el estilo o la marca convencen y, sobre todo, cuál es su precio. “Si la ropa llevase una etiqueta como los alimentos que dijese ‘este producto contiene X pesticidas, el color se ha conseguido a partir de tales productos que pueden ser dañinos para su salud…’. Si el consumidor supiese lo que hay detrás de algunas prendas, no las compraría”, afirma con tono reivindicativo la diseñadora sostenible quien, habla con voz firme y contundente a la hora de trasmitir sus pensamientos críticos sobre el mundo textil y sobre grandes conglomerados como Inditex o H&M, a los que califica como “empresarios sin escrúpulos”.
Bianca recuerda con nitidez las palabras de una de sus profesoras de la escuela de diseño. En cada clase les decía que “la moda es esencia”, por eso a la hora de calificar hoy en día qué significa para ella la moda, asegura que “es un método de expresión en esencia”. A la hora de diseñar la ropa, asegura se inspira en “sus recuerdos de la infancia”, en como ella vestía siempre con ropa rehusada y heredada. Para ello utiliza telas recicladas y rehace los patrones de prendas que ya están hechas para convertirlas en “otras totalmente diferentes”. Su filosofía de trabajo y de vida han hecho que se dé cuenta de que la moda va mucho más allá de cuatro prendas de ropa o un puñado de complementos, sino que refleja algo de quién la lleva, tiene connotaciones personales, sociales y culturales y afirma que “depende de agentes externos y especialmente de la interpretación de nuestra propia imagen”.
Si la moda ha sido un modo de vivir y disfrutar la vida, el diseño ecológico supone un cambio de mentalidad que ella misma califica como “magnífico”. El proyecto Upcyclick es una parte fundamental de la moda, de alguna forma las tendencias se dedican a reinterpretar prendas, y esta idea trata, de forma óptima, de alargar la vida útil de la prenda. Bianca hace hincapié en que “hasta ahora” había sido algo “a pequeña escala”, pero afirma de manera contundente y muy segura de sus palabras que, “es algo que se está generalizando y que llegará a todas partes del mundo”.
La forma en la que Bianca ve la moda, asegura, ha cambiado por completo. Los ojos se le ponen llorosos al hablar de la concienciación que ha tomado visualizando las cifras de contaminación. Para hacer una simple camiseta de algodón, son necesarios 2.900 litros de agua. “Con esta cantidad de agua, niños en países subdesarrollados estarían abastecidos durante años”, afirma con la voz entrecortada la diseñadora.

Bianca Fuentes está convencida de que gran parte de las prendas que compramos están creadas para “morir” y reemplazarse en versiones parecidas o “nuevas” tendencias. Por ello, Upcyclicknace como la alternativa al consumo cíclico sin perder de vista la necesidad de ofrecer a cada cliente algo “único y especial” para que “vuelva a conectar” con la esencia de la moda, estrenando ropa que ya tenía. Este servicio de “customización” se ofrece para firmas y marcas que tienen un stock bloqueado y quieren generar el mínimo impacto medioambiental en sus nuevas temporadas sin dejar de ofrecer nuevas opciones a sus clientes.
Este proyecto no hubiera sido posible sin la labor de Mariola Marcet, directora de Upcyclick. “Mariola y yo compartimos la misma visión sobre el consumo de la moda, las dos hemos crecido heredando y comprando ropa de segunda mano y vintage”, asegura la diseñadora Bianca Fuentes al hablar de sus inicios en el proyecto. Upcyclicknació una tarde de febrero en una cafetería del Barrió del Carmen, cuando Mariola decidió llamar a su amiga Bianca para contarle su nueva andadura dentro de la moda sostenible y proponerle que participara de forma activa: “Cuando Mariola me habló de su idea me sentí totalmente identificada y no dudé que era un proyecto en el que quería participar, ya que Upcyclick formaba parte de mi vida personal, pero no había encontrado la manera de que fuera parte de mi vida profesional hasta el momento”.
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Descubrir procesos con muchas irregularidades como la utilización de ciertos químicos a la hora de crear patrones, es lo que hizo saltar las alarmas en su interior a Mariola Marcet, creadora del proyecto más importante de moda sostenible en la ciudad de Valencia. Los inicios de Mariola en la moda comenzaron cuando hizo sus pinitos en el mundo del diseño dando forma a los interiores. Sin embargo, al poco tiempo se dio cuenta de que su verdadera vocación era la moda y que debía “luchar” por alcanzar sus metas.
Sus raíces fueron una parte crucial del proceso de concienciación. “Mi familia ha pertenecido siempre al colectivo del Opus Dei y al ser muchos hermanos la gente te daba ropa. Hasta los 15 años recuerdo vestir así e ir a las pascuas que organizaba el colegio y que otro niño me viera con una sudadera suya y me dijera ‘¡Eso es mío!’. “Me sentía muy apurada”. La creadora de Upcyclickreconoce que fue “esta situación” la que pocos años después la llevó a empezar a “comprar impulsivamente”. Aunque, con el tiempo, volvió a ver “la realidad” que existía dentro del mundo de la industria textil.
Mariola asegura estar “profundamente enamorada” de la zona de trabajo donde crea todos sus diseños. Por el ruido de las máquinas de coser y algún ‘¡Ay!’ lejano por el pinchazo de los alfileres, nada más entrar ya se intuye que en ese espacio se trabaja manipulando ropa. Con techos muy altos y paredes grises, el taller de Mariola Marcet se encuentra en el centro de Valencia, allí la experta en moda personaliza, diseña y trabaja, junto a su equipo, sobre las diferentes prendas para crear una única y exclusiva para el cliente. “Nuestro sello de identidad es la customización”, remarca Mariola.
La experta en moda sostenible afirma que, si es “muy complicado” vender este tipo de prendas ecológicas; crearlas y customizarlas “mucho más”. El proyecto de Upcyclickvino precedido por una plataforma llamada ‘ArmarioxArmario’, este tenía la finalidad de poner en contacto a Fashion lovers, que son personas apasionadas del mundo de la moda con Fashion makers que son costureros y customizadores de ropa. De esta manera Mariola asegura se comenzó a concienciar al público de que rediseñando la prenda se puede convertir en una totalmente nueva.

Es con la finalidad de fomentar el uso de prendas sostenibles, con la que Mariola Marcet tuvo la idea de colocar, en las etiquetas de las prendas customizadas, la cantidad de CO2 y de agua que la persona que decide adquirir dicha prenda ahorra al planeta. La directora del proyecto asegura que “es una medida de concienciación muy eficaz”, porque aporta una información que “el cliente desconoce”.
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Son este tipo de propuestas las que van más allá de la búsqueda del beneficio económico, la producción masiva y el consumismo creciente, que tienen en cuenta el impacto social y ambiental de la producción y venta de ropa. La diseñadora de moda sostenible hace hincapié en la “frustración” que le causa, saber que ninguna de las empresas recibe apoyo económico por parte del gobierno. Mariola Marcet habla con tono muy despectivo y utilizando descalificativos como “sinvergüenzas”, para referirse a los representantes gubernamentales quienes, desde su punto de vista, no quieren aportar “su granito de arena” a que se reduzca la contaminación y los efectos colaterales que tiene la industria textil para el ecosistema.
La diseñadora reflexiona sobre los problemas que ha tenido que superar al ponerse al frente de un reto como es Upcyclick: “Es muy duro llevar a cabo un proyecto emprendedor y más de moda sostenible, porque tienes que crear los cimientos de una empresa desde cero y vender un producto que no se vende solo, sino que tienes que explicarlo y fomentar la concienciación al cliente”, afirma con una sonrisa muy optimista la directora de Upcyclick, la que también remarcó el hecho de que “sin la ayuda de amigos” como Mara García, fotógrafa y experta en marketing, no hubiera sido posible “sacar adelante” todo el proyecto.
La falta de información y de plataformas en las que poder asesorarse, es otro de los aspectos contra los que Marcet asegura, “lucha día a día”. Desde que tenía 4 años, Mariola recuerda haber tenido una educación basada en el cuidado del ecosistema a través del reciclaje y la reutilización de ropa. Es por ello, por lo que, reclama vía redes sociales a través de mensajes reivindicativos como “En España no se reconoce el valor por lo ecológico. Aún causa cierto rechazo en gran parte de la población”, la introducción de materias sostenibles en educación infantil y secundaria obligatoria; con la finalidad de sensibilizar a los que ella llama los “herederos del planeta”.
“La moda sostenible hay que crearla, diseñarla y darle forma”, esta es la respuesta que da Mariola Marcet ante el auge de las conocidas como ‘Tiendas de segunda mano’. En la actualidad, el número de tiendas de secondhandy sus derivados han aumentado en un 30%, unas cifras que la diseñadora valenciana aplaude a pesar de que, asegura, no hay que confundir ropa de segunda mano con ropa ecológica. “Sí ha supuesto una alternativa al consumo cíclico y abusivo de ropa, pero siguen siendo prendas que no respetan el medio ambiente”, afirma la experta en moda, quien también reconoce ser “fiel consumidora” de este tipo de ropa, a pesar de que, en muchas ocasiones “vaya en contra de su filosofía”.
Su forma de ver la vida ha cambiado completamente desde que comenzó a formarse, interesarse y aprender, de qué manera el consumo diario de las personas puede afectar al medio ambiente. Si Mariola tuviera que definir su vida en una palabra sería “vida”. Para ella no solo resume su vida personal, sino también profesional; la ‘vida’ que aporta a sus prendas rediseñándolas es lo que, asegura, le hace “feliz”.
“Al final todo se resume en nuestra felicidad y en la vida de los que están por llegar”.
Mariola Marcet.